La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esa forma, el ciclo de vida de los productos, sin importar la industria, se extiende.
Gabriela Salguero es estudiante de Ingeniería en Ciencias de Alimentos en Universidad del Valle de Guatemala (UVG). Ella ha encontrado en la economía circular una fuente inagotable de inspiración para elaborar su próximo proyecto. Su interés en este tema la llevó a explorar productos de la industria alimentaria que son desechados o no aprovechados en su totalidad.
“Todo comenzó con las clases sobre economía circular y sostenibilidad que recibimos en la carrera. Eso hizo que me interesara en relacionarlo con mi proyecto final”, explica Gabriela. “Empecé a buscar subproductos de alimentos que se consideraban desechos y que podían ser aprovechados”, agrega. La idea de Gabriela era darle un valor agregado a algunos de esos productos y transformarlos. Uno de ellos es el cacao, cuyo aprovechamiento actual se limita entre un 10% y 15% para la elaboración de chocolate o manteca de cacao, mientras que el 80% restante, que incluye la cáscara, el mucílago y la placenta del fruto, se desecha.
Proceso
Gabriela investigó las características de estos desechos y elaboró una matriz de todos los subproductos del cacao que se desechaban. “Me di cuenta de que podía utilizar el mucílago de cacao, que es rico en azúcares y carbohidratos, para fermentarlo y crear alcohol”, comenta.
Con esta idea en mente, Gabriela se puso en contacto con un proveedor en Escuintla y visitó una finca para conocer el proceso de producción del cacao. Durante un fin de semana, recolectó mucílago y lo congeló. El lunes siguiente, lo llevó a la Planta de Innovación Alimentaria y Nutricional de UVG. Allí, realizó la fermentación y obtuvo un alcohol de 12%, el cual destiló hasta alcanzar un alcohol de 60 grados. “Este es un alcohol puro que me podrá servir para crear un vino a base de cacao o un licor con una mezcla láctea”, señala.
Retos
El proyecto no solo le permitió a Gabriela profundizar en el conocimiento del cacao y la bioquímica, sino también en el mundo del vino y la destilación. “El principal reto fue transportar el mucílago y el proceso de fermentación fue enriquecedor. Conocer todos los pasos, realizarlos una y otra vez, investigar en qué fallé y qué pudo salir bien”, reflexiona.
A lo largo del proyecto, Gabriela aplicó conocimientos adquiridos en sus clases en el área de control de calidad, microbiología, procesos térmicos, bioquímica, biotecnología y análisis químico de alimentos. “Me impresionó que todas las clases a las que asistí, ya las estoy aplicando en mi proyecto de tesis”, agrega.
Emprendedora
Además de sus estudios, Gabriela es una entusiasta del deporte. Desde pequeña practicó la gimnasia olímpica y ahora le encanta ir al gimnasio para practicar CrossFit en cada espacio de tiempo que tiene. Entre sus prioridades está mantenerse en condiciones físicas óptimas para también ejercitar la mente.
Por otro lado, dirige su propio emprendimiento desde que salió del colegio: Spreading Nutts. Este consiste en una empresa desarrolladora de mantequillas de nueces y harina de almendra 100% natural, libre de gluten y libre de azúcar y sin preservantes.
La historia de Gabriela es un ejemplo de cómo la innovación y la sostenibilidad pueden transformar la industria de alimentos. Si te llama la atención esta industria, la carrera de Ingeniería en Ciencias de Alimentos es para ti. Haz clic en el enlace para conocer más.
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