Inmunidad de Rebaño

Inmunidad de Rebaño

Vacúnese. Protéjase a usted y a los demás.

Recientemente, durante una jornada de vacunación, una señora se acercó a la mesa y se registró. Poco después tuvo segundo pensamiento sobre continuar con la inmunización. “Tengo temor a los efectos secundarios de la vacuna, pues no sé lo que hará a mi cuerpo. Con Dios de mi lado y tomando vitamina C estaré protegida”, dijo. “Al que por su gusto muere, que lo entierren parado, prefiero no vacunarme”, me dijo alguien más.

Efectivamente, persisten dudas, preocupaciones, posiciones encontradas, prejuicios y preconcepciones sobre las vacunas. Sin embargo, más allá de la decisión personal que corresponde a cada uno, está visto que quienes optan por no vacunarse se colocan a ellos mismos en una posición de mayor vulnerabilidad y exponen a su burbuja familiar y a los que les rodean a más riesgos.

Esta situación no es nueva. La peste negra, la viruela, la influenza, la fiebre porcina, el ébola y el sika causaron alarma en su momento. Previo al desarrollo de las vacunas, algunas enfermedades causaron grandes estragos e incluso diezmaron la población del planeta, arrasando a las comunidades que encontraron a su paso. Tal es el caso de la viruela, cuya tasa de mortalidad fue de al menos un 30% y de la poliomielitis, que incapacitaba a miles de personas al año.

El sarampión es otro ejemplo complejo, que ha presentado episodios de contagio en diversos momentos, aun luego del desarrollo de la vacuna. Esto hizo que la inmunización se volviera obligatoria en varios de estos casos. Por ejemplo, es común que los padres de familia deban presentar carnés de vacunación para registrar a sus hijos en escuelas y colegios. De pronto el COVID-19 se convertirá en un ítem más en los listados de vacunas requeridas.

Aunque el desarrollo de vacunas es crucial para controlar la propagación de las enfermedades, esto no es suficiente si no se logra una amplia distribución y que las personas confíen en esta solución para salir adelante. Lamentablemente, la otra alternativa es más dura, pues conlleva una infección colectiva, que haga que las personas desarrollen anticuerpos.

La inmunidad de rebaño o comunitaria ocurre cuando una población se hace inmune a una enfermedad. Esto se da ya sea debido a la aplicación generalizada de una vacuna o por contagio masivo. En la medida en que el porcentaje de personas inmunes va en aumento, la probabilidad de que una persona que es contagiosa infecte a una persona que no sea inmune, disminuye.

Fuimos testigos de una carrera contra el reloj para contar con una vacuna contra el coronavirus. Luego vino el reto de producir masivamente las vacunas y hacerlas llegar a las naciones. Ahora, como es el caso de Guatemala, habiendo finalmente acceso a vacunas, hay que convencer a la población de que vacunarse es mejor opción, pues se corre menos riesgo de enfermarse seriamente, en caso de resultar infectadas con el COVID-19.

No podemos mantenernos cerrados, sin poder hacer nuestras actividades rutinarias con tranquilidad. Tampoco podemos vivir perpetuamente aislados los unos de los otros. Por ello, en algunos países se ha puesto fin al debate y se ha resuelto exigir pasaportes de vacunación para ingresar a determinados sitios, para transportarse de un lugar a otro y para incorporarse al trabajo o a los estudios. Concluyen que la distribución masiva y la aceptación de la vacunación es la mejor opción para atacar la pandemia. Por ello, si usted aún no se vacuna, recapacite sobre el particular. Cuídese y cuide a los demás.

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Last modified: 22/11/2021

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