Finalmente se presenta el Censo de Población
Luego de una prolongada espera, la semana pasada fueron publicados los resultados del XII Censo Nacional de Población, realizado en 2018 por el Instituto Nacional de Estadística. Transcurrieron más de quince años desde el último ejercicio. Quizás el hallazgo que más ha llamado la atención es que parece que somos menos personas de las que se pensaba. Hasta esta semana, las estadísticas, proyecciones y planes de Gobierno estimaban que nuestro país tenía una población de poco más de 16 millones de habitantes. Sin embargo, los nuevos datos indican sólo 14.9 millones de personas. Esto refleja cerca de un 10% menos que los datos que se venían utilizando. La tasa de crecimiento intercensal del 2002 al 2018 es de 1.8%. No es claro aún si habrá algunos ajustes a las cifras o si serán tomadas como oficiales, pero todo indica que tendremos que recalibrar todos los indicadores y la manera en que manejamos la información sobre los habitantes.
Según el reporte preliminar presentado, la mayoría de las 14,901,286 personas censadas son mujeres (51.5% ). La dinámica de la población confirma que se cuenta con una sociedad joven, en donde 33.4% tiene menos de quince años, 61% tiene entre 15 y 64 años y solamente un 5.6% tiene más de 65 años. La población menor de 15 años redujo su participación. 56% de los encuestados se auto reportan como ladinos, mientras que 41.7% indican ser mayas y el resto como pertenecientes a otros pueblos. Una de cada cinco personas vive en el Departamento de Guatemala. Alta Verapaz, Huehuetenango, San Marcos y Quiché son los otros cuatro departamentos más poblados. Un 53.8% de la población vive en áreas urbanas. Los años promedio de estudio de los hombres y mujeres de 7 o más años de edad son de 5.8 para los hombres y de 5.3 para las mujeres. Los datos arrojan que uno de cada cinco personas mayores de 15 años son analfabetas, aunque en algunos lugares el dato es más elevado. 3,275,931 hogares fueron censados. En tres de cada cuatro de ellos el jefe de hogar es un hombre y en uno es una mujer. El promedio de personas por hogar es de 4.5%, el valor más bajo de los últimos censos. Los encuestados reportan que un 52.3% de los hogares cuentan con red de distribución de servicio sanitario, un 59% cuentan con tubería de agua dentro de la vivienda, 88% cuentan con energía eléctrica y 54.4% siguen usando leña para cocinar. Por aparte, el censo refleja una baja tasa de acceso a internet, lo cual tiene otras repercusiones.
La presentación de los resultados del censo invita a revisitar varios temas. Ha habido dudas sobre las razones de la caída en el número de habitantes. Algunos se preguntan si obedece efectivamente a que la tasa de crecimiento de población ha disminuido o si deriva de otros factores. Varios alertan sobre el subreporte, otros que obedece a una elevada migración y otros a que no se terminó de ajustar las cifras. Otros confrontan los datos con los inscritos en el Registro Nacional de Personas, resaltando las diferencias. Quienes participaron en ejercicios previos recuerdan que también hubo reservas a los datos en esos momentos. En todo caso, lo cierto es que hay trabajo por delante para afinar indicadores que permitan tomar mejores decisiones. Es muy importante saber cuántas personas somos, cómo vivimos y explorar la realidad de nuestras comunidades en los 340 municipios del país. El censo es un instrumento fundamental para orientar el diseño de políticas, planes y proyectos de gobierno. El dato oficial que adoptemos tendrá importantes repercusiones en las estrategias de desarrollo, la distribución de recursos y otros temas importantes de la vida nacional.
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