Un saludo afectuoso en el último día del año.
Hace unos días tuve ocasión de compartir con varias personas de la Universidad del Valle de Guatemala durante el cierre de las jornadas de capacitación que la Dirección de Gestión de Talento Humano coordinó con entusiasmo y diligencia. Estando ya en la recta final de otro ciclo académico, el encuentro nos permitió a todos reflexionar sobre los resultados alcanzados y los desafíos que hemos enfrentado en un año complejo, así como identificar algunos asuntos pendientes. Como parte del ejercicio, cada quien pensó en una palabra que resumiera lo que el 2021 significaba para ellos. Las palabras seleccionadas forman el árbol de la ilustración que se muestra arriba.
Algunos participantes dieron un lugar especial a la familia, la salud, la vida, el bienestar, el trabajo, el amor, las bendiciones, el equilibrio, la solidaridad, la fe y la gratitud, aspectos que marcan su esencia como seres humanos. Otros resaltaron la responsabilidad, el valor, la actitud, los retos, la paciencia, el servicio, los cambios, los propósitos, los ajustes, la oportunidad, la transformación y la resiliencia, atributos críticos para la construcción de una visión común y el logro de los objetivos trazados. Algunos más hicieron hincapié en la superación, la innovación, el esfuerzo, la confianza, la formación, el crecimiento, la sinergia, el aprendizaje y el autoconocimiento, fuerzas que les impulsan a mejorar y a seguir adelante, pese a las dificultades y obstáculos que encuentran en su camino.
Fue muy revelador escucharles. Sus expresiones denotan la bendición de formar parte de una familia extendida, comprometida con la educación, con la mejora continua y con los valores de ética, juicio crítico, respeto, responsabilidad, compromiso, emprendimiento e innovación que caracterizan a los miembros del Grupo Educativo Del Valle.
Los logros alcanzados nos impulsan a seguir trabajando con ahínco para contribuir al desarrollo integral de nuestro país. Sin embargo, pese a muchas cosas que celebrar en este año del Bicentenario, también tuvimos momentos tristes y pérdidas que lamentar. Despedimos a miembros muy queridos de nuestra comunidad, cuyas trayectorias serán siempre motivo de ejemplo e inspiración. Así, cerramos un ciclo más, agradeciendo que ellos hayan sido parte de nuestras vidas y reafirmando nuestra convicción de seguir formando agentes de cambio y poniendo la ciencia al servicio de la sociedad.
Ahora, en este último día del año, aprovecho este espacio para agradecer por todas las cosas buenas que hemos recibido, por la capacidad de responder a grandes retos y por las múltiples bendiciones que hemos tenido. Asimismo, les envío un afectuoso saludo de fin de año y les deseo un venturoso 2022. ¡Feliz Año Nuevo!