Falta de acceso y calidad: un desafío para la transformación de Guatemala
Esta semana el Foro de Decanos de Educación y Humanidades de las universidades del país se asoció con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas, para presentar un estudio de la CEPAL sobre Brechas de Acceso a la Educación en Guatemala. El mismo fue presentado por su autora, Evelyn Jacir de Lovo en el Centro de Innovación y Tecnología de la Universidad del Valle de Guatemala. En el evento participaron autoridades educativas, académicos y distintos profesionales interesados en el campo de la educación.
Bajo el lema transformación educativa para la igualdad, con énfasis en las poblaciones rurales y los pueblos indígenas, la autora presentó un análisis sobre brechas educativas. Puedo afirmar que los hallazgos no fueron motivo de sorpresa para los presentes. Ya sabemos que tenemos brechas importantes que cerrar, que afectan sobre todo a las poblaciones más vulnerables. Lamentablemente, nos hemos acostumbrado a escuchar recurrentemente un diagnóstico que pinta un panorama desolador: la generalidad de los guatemaltecos no tiene acceso a una educación pertinente y de calidad. Relativamente pocos niños y jóvenes acceden a la educación y permanecen suficientemente en la escuela y, peor aún, la mayoría de quienes lo logran no aprenden lo que deberían y no adquieren las competencias mínimas en lenguaje y matemática.
Para la especialista no fue sorpresa ver nuestras bajas tasas netas y brutas de cobertura, ni que estás fueran especialmente bajas para las poblaciones rurales e indígenas, ni que las mujeres presentaran un panorama más desafiante en muchos casos. Los datos se repiten en otros países centroamericanos, aunque en Guatemala puedan pintar una situación más desafiante. Sin embargo, siendo ella también centroamericana, sí hubo temas que le llamaron especialmente la atención, incluida la alta proporción de establecimientos educativos privados en Guatemala, particularmente en la educación secundaria. Ella interpreta esto último con un valladar importante para tener acceso a una educación gratuita obligatoria. También fue motivo de alarma la forma en que la pandemia evidenció la brecha tecnológica, lo cual incidirá en los estudiantes en años venideros.
La CEPAL, por intermedio de la autora del estudio, hizo un llamado urgente a la acción en diversos aspectos. Por ejemplo, si continuamos progresando al ritmo que llevamos nos tomará cien años lograr la cobertura universal de los primeros tres años de secundaria y dos siglos universalizar el acceso al diversificado. Esto no es admisible bajo ningún punto de vista. Como la experta concluyó, bajo las condiciones que imperan en la educación nacional, el bono demográfico no se vislumbra como la oportunidad que debería ser, sino como una tremenda amenaza. Una alta proporción de jóvenes educativos tendría un inmenso potencial para el desarrollo nacional, pero tenerlos sin una adecuada formación actuará en detrimento del progreso y de la consolidación de la democracia. Todos los sectores de la sociedad y los pobladores debemos ser creativos y encontrar fórmulas más eficientes, pertinentes e ingeniosas para cerrar las brechas educativas.
