Lcda. Leslie Carolina Staackmann, directora del Departamento de Educación Inclusiva, de Universidad del Valle de Guatemala (UVG), indica que todo cambio educativo significativo se inicia en el aula. Por ello, la educación inclusiva es tan relevante. Gracias a ella, es posible promover una cultura basada en el respeto, la justicia y la equidad social. “Esta es quizá la mayor motivación que los profesionales que nos dedicamos a este campo tenemos como guía”, expresa Staackmann.
La Lcda. Staackmann cuenta con más de 15 años de carrera dedicados al trabajo de campo y desarrollo de la lectoescritura en el Altiplano y Costa Sur en escuelas primarias. También ha formado profesionales para atender a la población del país que presenta dificultades de aprendizaje y personas con discapacidad.
Retos
El principal reto para la Educación Inclusiva es la apertura de espacios educativos en las instituciones públicas y privadas del país para todas las personas con problemas de aprendizaje, discapacidades y en condiciones de vulnerabilidad. Las personas con discapacidad auditiva, visual o sensorial, entre otros, continúan siendo uno de los grupos sociales más vulnerables.
Así mismo se debe hacer conciencia que cada uno de los casos se debe abordar de forma individual y no existe una fórmula mágica que funcione de manera universal. Es decir, las estrategias que funcionan con un individuo no necesariamente funcionarán con otro, aún así ambos tengan el mismo diagnóstico.
Esto implica que los profesionales en el campo de la Educación Inclusiva deben desarrollar distintas competencias como la flexibilidad del pensamiento, la creatividad y la resolución de problemas. Del mismo modo, los docentes deben estar en constante formación.
Avances
Uno de los avances más grandes que ha dado la Educación Inclusiva en Guatemala se relaciona con el cambio de paradigma experimentado en la década pasada. Durante muchos años, la atención y educación de las personas con discapacidad se enfocaba desde un modelo basado en el asistencialismo; es decir, se consideraba que las personas con discapacidad no eran capaces de hacer lo mismo que sus pares. Por ello, la motivación principal para su atención era el altruismo.
No es que las personas con discapacidad no puedan hacer lo mismo que sus pares; sino que necesitan de las adecuaciones y ajustes razonables para eliminar las barreras que limitan su autonomía e independencia.
De tal cuenta, cada día son más las instituciones que abren sus puertas a todos los estudiantes sin importar sus diferencias individuales.
Además se reconoce la necesidad de contar con profesionales especializados para dar una respuesta educativa efectiva a las distintas necesidades que pueden surgir dentro de un aula.
“No solo las personas con discapacidad tienen necesidades educativas distintas, sino que, en mayor o menor medida, todos experimentamos la necesidad de un apoyo adicional a lo largo de nuestros años formativos. Por ello, los esfuerzos por asegurar una educación inclusiva no solamente benefician a un pequeño grupo, sino que a largo plazo nos benefician a todos”, indicó Staackmann.
Existe un incremento constante en el interés de los centros educativos y docentes por profesionalizarse a nivel universitario en la atención de las personas con discapacidad.
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