Adelantos Científicos

Adelantos Científicos

La investigación rompe barreras                                                                                                                                

La semana pasada se llevó a cabo la Semana Internacional de la Ciencia en Berlín. Falling Walls ha ido cobrando relevancia como un prestigioso punto de encuentro de los científicos más prominentes del orbe. Una plataforma para romper paradigmas, dar cabida a nuevas ideas y estimular la innovación. El evento, alusivo a la caída del Muro de Berlín en 1989, ha demostrado que podemos trascender aquello que parece inamovible y superar cadenas que nos sujetan y obstáculos que nos tienen estancados. Si uno de los símbolos más evidentes de la guerra fría pudo ser derruido, es viable trabajar juntos, acercar posiciones, cuestionar esquemas y hallar vías alternas para solucionar problemas.

El proceso involucró propuestas en las ciencias de la vida, en las ciencias físicas, ingeniería y tecnología, humanidades y ciencias sociales, ciencias en el arte, educación digital, manejo de innovación, talentos emergentes, emprendimientos en ciencia e involucramiento.  Una gama amplia de posibilidades para sorprender incluso a las mentes más curiosas. Desde el encuentro de 2019, se recibieron cerca de mil nominaciones de ciento once países, habiéndose seleccionado 650 proyectos como los principales adelantos científicos del año. 

Se trató de un recorrido virtual, debido a las condiciones globales actuales. Pese a estas limitaciones, estimuló el ingenio y participación de muchos. Se trató de una merecida celebración a quienes están abriendo brechas, poniendo el conocimiento al servicio de la sociedad. Dio cabida a los talentos emergentes del mundo, científicos cuya labor incidirá en forjar el futuro de todos.  Una ventana para explorar posibilidades para responder una pregunta central: ¿cuáles son los siguientes muros de la ciencia y de la sociedad que habrían de ser derrumbados?

Correspondió a un panel de diez expertos de distintos países la ardua tarea de deliberar para identificar a los ganadores en esta reñida contienda. Se trató de evaluar diez finalistas en diez categorías, los cuales no solo evidenciaron la diversidad de pensamiento, sino mostraron el sentido de urgencia que impera para atender distintos aspectos de nuestras vidas. No se pretende solamente acelerar la búsqueda de una cura a la pandemia, sino encontrar salidas en los desafíos del cambio climático, la justicia social y la inteligencia artificial, para mencionar unos pocos. Además, como mencionó Emmanuel Charpentier, miembro del panel de jueces y una de las dos ganadoras del Premio Nobel de Química de este año, los científicos llevan sobre sus hombros la enorme responsabilidad del uso que se haga de la tecnología y de su poder transformacional. 

Todos los proyectos propusieron soluciones novedosas y brindaron un mensaje de esperanza. El ganador de la categoría de ciencias de la vida ha trabajado en farmacéuticos de nueva generación, una súper goma molecular para tratar el cáncer e infecciones virales. En cuanto a involucramiento en ciencia, se reconoció un proyecto de astronomía para personas con limitaciones visuales. En ciencias sociales y humanidades se premió a un proyecto que tiende puentes entre religiones. En educación digital, la atención postsecundaria de refugiados acaparó la atención. El uso de robots inalámbricos en el cuerpo fue acreedor al premio en la categoría de ingeniería y tecnología.  Todos ellos resaltaron la importancia de construir puentes en lugar de muros. Sus investigaciones rompen barreras.

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Last modified: 23/11/2020

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