Emotiva ceremonia de graduación en UVG/Altiplano.
Jessica Auristela Chet Samayo y Raúl Estuardo Tziquiná, quienes cerraron su plan de estudios con los máximos honores, hablaron el sábado recién pasado en las dos ceremonias de graduación del Campus Altiplano de la Universidad del Valle de Guatemala, en representación de sus compañeros. Jessica se graduó como Licencia en Psicopedagogía y Raúl como Licenciado en Educación. Además de felicitar a los participantes, recordar el camino recorrido y agradecer a su casa de estudios, hicieron énfasis en el significado poco común de haber alcanzado esta importante meta. Comentaron algo que nuestros pobladores experimentan: “Muchos vivimos esto; venimos de lugares donde dicen que triunfar es imposible, pero nosotros somos la prueba que sí es posible. Que el esfuerzo se reconoce y las oportunidades existen”.
Ambos graduados hicieron una reflexión muy profunda, especialmente para una sociedad como la nuestra, en donde la inmensa mayoría de los niños y jóvenes desertan del sistema educativo o nunca alcanzan a conocer un aula, muchos menos una universidad. Los estudios internacionales presentan evidencia devastadora. El mayor predictor de efectividad y eficacia en la educación es, lamentablemente, el estatus socioeconómico. Quienes gozan de mejores condiciones de vida son quienes tienen el mayor chance de educarse y de hacerlo con éxito, de lograr los aprendizajes deseados. Por ello, para alcanzar los resultados esperados el sistema educativo debe hacer un esfuerzo fuera de serie e inmenso para superar el peso de la inercia y del entorno.
En las ceremonias participaron la mayoría de los 222 graduandos del año pasado, quienes se integran a un total de 2400 profesores, técnicos, ingenieros y especialistas graduados en dicho campus en Sololá. Todos ellos son triunfadores, habiendo superado múltiples barreras hasta completar un programa de excelencia. Varios de ellos son la primera persona de su familia y/o de su comunidad en obtener un título universitario. Junto a sus seres queridos han demostrado con creces que triunfar es posible. Como concluyó Raúl en su intervención, “cada día es una oportunidad para comenzar de nuevo. Nunca olvidemos donde iniciamos y enfoquémonos en seguir preparándonos. Seamos nosotros el cambio que necesita nuestro país, sigamos impactando la vida de los demás…”.
Peg Willingham, Presidente de la Fundación de UVG en Estados Unidos de América fue una de los dos oradores invitados. Ella resaltó como el acceso a la educación ha sido y sigue siendo un desafío para muchos pueblos. Dio un testimonio personal conmovedor sobre su primera maestra. Su madre nació en 1932 en una granja en Irlanda, que había sufrido siglos de colonización y pobreza. Ella es la sexta de siete hijos y la única que se graduó de la escuela secundaria y la universidad, con un título en educación. Su padre murió cuando su madre tenía 14 años. Cuatro de sus hermanos y hermanas emigraron a los E.E.U.U. o Canadá para trabajar en restaurantes, fábricas, un aserradero y como niñeras. Su sacrificio y su amor hicieron posible que su madre estudiara y triunfara. Por ello, aparte del reconocimiento a su Alma Mater, instó a los graduados a nunca olvidar su procedencia y el respaldo que recibieron de sus familias.
El otro orador invitado fue el Embajador de los Estados Unidos de América, William W. Popp, quien también resaltó el gran valor de la educación. Hizo un llamado a los graduados a reflexionar sobre su futuro y cómo contribuirán ellos a impactar la vida de otros. “¿Qué harán ahora? Ahora que sus clases terminaron, ¿Qué les traerá el mañana?¿La semana entrante? ¿El próximo año?”, les cuestionó. Reconoció que estas pueden ser preguntas que dan miedo, pero también pueden ser reveladoras. Les recordó que los hechos son maravillosos. Pese a los retos y obstáculos, ahora ellos son profesores, ingenieros, científicos, expertos forestales y administradores de empresas. Saben cómo educar a los niños, hablar nuevos idiomas, programar computadoras, construir empresas y salvar el ambiente. Finalizó diciéndoles que “la educación es una fuerza poderosa para la transformación y que ellos tienen la gran oportunidad y la responsabilidad de transformarse a ellos mismos y a su país en algo mejor”.
Las graduaciones de UVG/Altiplano son solemnes e inspiradoras. Son una magnífica ocasión para identificar los obstáculos de acceso a una educación de calidad y celebrar nuestra capacidad de romper paradigmas, así como agradecer a quienes apoyaron a los graduandos. También permiten reconocer la capacidad y esfuerzo de los graduandos, quienes se constituirán en auténticos agentes de cambio, personas capaces, ingeniosas y comprometidas con Guatemala y con sus comunidades. Es un momento único para rendir cuentas. Entregar a la sociedad del Altiplano a nuevos profesionales y mostrar el impacto que ha tenido la conversión de la antigua base militar de Sololá en una universidad. Presentar a los donantes, motores atrás de un amplio programa de ayudas financieras, el resultado de su apoyo. Finalmente, un espacio para agradecer a los graduandos y a sus familias por la confianza depositada en UVG e instarlos a mantenerse cerca.