Respecto a la altura y edad, surgen las preguntas: ¿Por qué algunos niños son más altos o bajos de lo que deberían para su edad? Si un niño tiene una estatura más baja de lo normal, ¿todavía tiene oportunidad de crecer y alcanzar una estatura promedio más tarde?

Ing. Luis Furlán.
Las interrogantes fueron abordadas en el estudio “El retraso en la maduración esquelética es un factor importante que contribuye al déficit de altura en los niños en entornos de bajos ingresos”. La publicación es resultado de una larga colaboración entre UVG y socios internacionales, en la que participan activamente el Ing. Luis Furlán, del Centro de Estudios en Informática Aplicada (CEIA), y el M. A. Andrés Galvez-Sobral, del Centro de Investigaciones Educativas (CIE), de Universidad del Valle de Guatemala (UVG); responsables de la custodia y aprovechamiento de los datos recopilados.
El trabajo fue liderado por la Dra. Liina Mansukoski, de la Universidad de York, y el Dr. Barry Bogin y Dr. William Johnson, de la Universidad de Loughborough, en Gran Bretaña, en estrecha colaboración con los investigadores de UVG. El estudio fue publicado en la revista Annals of Human Biology.
M. A. Andrés Galvez-Sobral.
Más información sobre el crecimiento
La investigación consistió en un estudio profundo sobre los déficits de estatura en niños y la contribución de la maduración esquelética. Para la investigación, los científicos utilizaron datos históricos valiosos del “Estudio longitudinal de crecimiento y desarrollo de niños y adolescentes”, realizado por UVG por más de cuarenta años. El trabajo es reconocido por ser una fuente amplia y rica en información. Comenzó en 1953 y finalizó en 1999, con la participación de más de 40 mil niños.
En el análisis específico del estudio, los investigadores emplearon una muestra de 1000 niños y niñas de la Ciudad de Guatemala, en edades comprendidas entre los 6 y 9 años, quienes asistían a dos escuelas con un nivel socioeconómico bajo o muy bajo entre 1958 y 1992. Aunque los datos eran históricos, resultaron relevantes, pues la situación del retraso en el crecimiento sigue siendo un problema global y en Guatemala.
El equipo calculó puntuaciones de altura para la edad, basadas en la edad cronológica del niño y en su edad ósea. La edad ósea es también conocida como edad esquelética e indica la edad en la que el desarrollo de los huesos de un niño se considera normal. Para determinar la edad ósea, los investigadores utilizaron radiografías de las manos de los niños y un software especializado llamado BoneXpert. Los resultados mostraron que la edad esquelética tenía un retraso de aproximadamente un año. Eso significa que, en promedio, los huesos de los niños participantes en el estudio parecían ser alrededor de un año más jóvenes de lo que indicaba su edad real.

Análisis a través de BoneXpert.
Oportunidades de recuperación
El estudio mostró que cuando un niño tarda más en desarrollarse, esto puede afectar directamente su estatura y hacer que posea menos estatura que otros de su edad. Sin embargo, también descubrieron algo positivo: si la razón de esa baja estatura es que sus huesos maduran más despacio, todavía tiene un gran potencial de crecer más adelante. En otras palabras, su “tiempo de crecimiento” se alarga y eso les da la oportunidad de alcanzar una altura normal, incluso después de la infancia.
Los resultados son importantes para entender cómo crecemos y ayudan a pensar en nuevas políticas de salud pública. Lo principal es comprender que prevenir problemas de crecimiento y retrasos en la maduración de los huesos debe ser una prioridad en todo el mundo. Solo así se pueden crear condiciones saludables para que las personas crezcan y se desarrollen plenamente.
Si deseas saber más del trabajo del el Centro de Investigaciones Educativas y el Centro de Estudios en Informática Aplicada, haz clic en sus enlaces: CIE-UVG y CEIA-UVG.
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