Proyecto avanza en tratamiento de retinopatía del bebé prematuro

Proyecto avanza en tratamiento de Retinopatía del bebé prematuro

La retinopatía del prematuro es un padecimiento producido en algunos bebés nacidos antes de las 36 semanas de gestación. Al interrumpirse el desarrollo de las arterias en el globo ocular, estas comienzan a generar vasos sanguíneos anómalos (neovascularización).

Esta generación de vasos sanguíneos en las puntas de las venas y arterias del ojo provoca que la retina empiece a deformarse. Si el tejido fibrovascular aumenta, puede producirse un desprendimiento de retina.

Para tratar esta enfermedad se necesita inyectar una dosis aproximada de 10, 20 o 30 microlitros en la cavidad vítrea del ojo. Para hacerte una idea, un litro equivale a un millón de microlitros.

Desde 2015, gracias a la herramienta desarrollada por Pablo Azurdia, graduado de Ingeniería Mecatrónica de la Universidad del Valle de Guatemala, el Dr. Sáenz ha tratado esta condición a ocho pacientes del Hospital Nacional Pedro de Bethancourt, en Antigua Guatemala.

El valor de esta herramienta elaborada como proyecto del departamento de Ingeniería Electrónica, Mecatrónica y Biomédica es que permitió descubrir variables que afectan los resultados del tratamiento de retinopatía en el prematuro. Estas variables son la forma de colocación y la velocidad en la aplicación.

Nuevos retos

José Rodrigo Villatoro, estudiante de último año de Ingeniería Mecatrónica de UVG, observó en 2018 que la aplicación del medicamento necesitaba estandarizar la variable de velocidad.

La tensión de líquidos hace que al momento de inyectar muy rápido el volumen molecular se extienda demasiado y si se efectúa muy despacio, el volumen se contrae dispensando menos medicamento.

Actualmente, Villatoro se encuentra en la fase de diseño de un dispositivo que inyecte con una velocidad constante.

El dispositivo debe de ser adecuado a la mano y adaptable a la jeringa con un disparador que inyecte a una velocidad constante.

Una finalidad más allá de este proyecto es que esta velocidad pueda ser configurable para inyectar no sólo bevacizumab (Avastín), toxina botunílica (Botox) o materiales de relleno para eliminar arrugas.

“La mano no tiene el tacto suficiente para inyectar la misma cantidad en todo el canal de la arruga. Esta involucraría la física de líquidos”, explica Villatoro.

Con el proyecto finalizado se logrará dar un paso gigante en el avance de mejorar la calidad de vida en el futuro de cientos de bebés prematuros con esta condición y se aporta nuevas variables para el estudio de la retinopatía en bebés prematuros.

Conoce más de este proyecto en la siguiente infografía:

También te puede interesar:

La Biología inspira a dos estudiantes de Ingeniería Mecatrónica de UVG

Conoce el nuevo programa de Ingeniería Biomédica

MakerLab: el laboratorio-semillero con las máquinas más increíbles

Last modified: 10/05/2019