Según la la Mgtr. Leonor Viturro, en la década de los noventa, las aulas universitarias dedicadas a la ingeniería y la tecnología eran, en su mayoría, espacios masculinos. La presencia de mujeres era escasa y su representación en puestos de liderazgo dentro del sector tecnológico, aún menor. Las pocas mujeres que optaban por estas carreras, en muchos casos, debían elegir entre dos caminos: mantener un perfil bajo y conformarse con tareas poco desafiantes o intentar abrirse paso sacrificando parte de su vida personal o su identidad femenina.
Mgtr. Leonor Viturro.
Esta evolución en la participación femenina en el ámbito tecnológico fue uno de los principales temas abordados durante la conferencia “Impulsando el futuro: Mujeres en la tecnología”. La charla fue presentada por la Mgtr. Leonor Viturro, gerente de programas para la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés). Viturro es experta en gestión de proyectos, magíster en tecnologías de la información y docente en la Universidad de Palermo. La conferencia fue organizada por la Facultad de Ciencias y Humanidades de Universidad del Valle de Guatemala (UVG), en conjunto con UNOPS.
Retos
Durante su conferencia, la Mgtr. Viturro hizo un recorrido por los desafíos históricos de las mujeres en el sector tecnológico. Destacó cómo muchas profesionales en la última década del siglo pasado se enfrentaban a brechas salariales, falta de oportunidades reales de crecimiento y la necesidad de “masculinizar” su comunicación para ser tomadas en serio. “Había mujeres que entregaban el triple de resultados, pero aun así no eran promovidas por mérito, sino por antigüedad”, señaló.
“Hoy, ha cambiado mucho”, indica Viturro. Existen más programas académicos vinculados a la tecnología, mayor presencia femenina en ambientes universitarios y laborales, y acciones institucionales para fomentar la equidad. Sin embargo, según Mgtr. Viturro, aún persisten desafíos como la percepción de la maternidad como un riesgo organizacional o la desigualdad salarial en algunas instituciones.
Además de analizar el contexto actual, la experta brindó herramientas concretas para que las mujeres puedan diseñar su propio camino hacia el éxito profesional. “Una de las claves es revisar nuestras creencias. Las creencias son como plantas: si se riegan, crecen”, afirmó. Estas creencias pueden formarse en la infancia a través de etiquetas o experiencias dolorosas o en la adultez, mediante comparaciones, miedos o excusas.
Pasos para avanzar profesionalmente
Para preparar el camino hacia el éxito, la Mgtr. Viturro compartió una guía práctica de cuatro pasos:
- Conocernos a nosotras mismas: identificar nuestras fortalezas, motivaciones y pasiones.
- Revisar nuestras creencias: distinguir cuáles nos impulsan y cuáles nos limitan.
- Definir qué es el éxito para nosotras: establecer metas a mediano y largo plazo, y buscar mentoría.
- Hacer networking: conectarnos y apoyarnos entre mujeres de la misma profesión.
Finalmente, invitó a las asistentes a mantener su identidad y femineidad. Destacó que ser genuinas inspira confianza y fortalece el liderazgo. También enfatizó la importancia de no depender de la validación externa. “Avancen, incluso cuando no se note. No dejen que las frenen”, concluyó.
Entre las conclusiones que compartió es que para impulsar el futuro es necesaria la presencia de mujeres en equipos tecnológicos y científicos, pues la diversidad de género fomenta la colaboración y mejora la calidad de los resultados. La tecnología es uno de los sectores con mayor crecimiento y demanda de profesionales. Incentivar la participación femenina ayuda a reducir la brecha de género en el mercado laboral y garantiza que las mujeres accedan a empleos de alto valor y remuneración. Además, los productos y servicios tecnológicos diseñados por equipos diversos son más inclusivos y responden mejor a las necesidades de toda la sociedad. Por ejemplo, aplicaciones de salud o inteligencia artificial libres de sesgos de género.
La participación de las mujeres en ciencia y tecnología no solo es justa, sino también esencial para construir un futuro más innovador, equitativo y sostenible. Como señaló la Mgtr. Viturro, avanzar hacia la equidad requiere esfuerzos individuales y colectivos, pero el impacto de estos cambios beneficiará a toda la sociedad.
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