Ahora que hemos pasado ya varios meses en confinamiento, deberíamos de ser más conscientes de los desechos que generamos. Nuestra vida diaria está rodeada de productos alimenticios y bebidas (ya sea que los preparemos en nuestras casas o pidamos a domicilio), productos de higiene personal, ropa, empaques para otros usos, bolsas plásticas entre otras cosas.
Todo esto lo necesitamos, es parte de nuestra vida y dependemos de ellos. Pero, ¿qué pasa con estos cuando ya cumplieron su función? Se convierten en un desecho, en un residuo del cual nos queremos deshacer. ¿Te has puesto a pensar en dónde va a parar todo lo que colocamos en los basureros?
Manejo de desechos
El manejo de desechos se ha convertido en un tema ambiental relevante en nuestro país y no por las mejores razones, ya que hemos visto cómo muchos de nuestros de desechos termina en las costas de Honduras ocasionando un grave problema de contaminación. Se calcula que cada persona produce en promedio dos libras de desechos al día. Al basurero de la zona 3, llegan los residuos de más o menos 7 millones de personas, lo que significa que diariamente llegan más de 6 mil toneladas de desechos, provenientes de la capital y 14 municipios aledaños.
Aproximadamente el 70% de lo que se desecha en los hogares es de origen orgánico, en su mayoría restos de comida. Los otros desechos son en su mayoría plástico, papel y cartón, los cuales aumentan desmesuradamente año con año. De todos los tipos de desechos el 70% se convierte en inutilizable, debido al alto porcentaje de humedad que trae, por lo que no se puede reciclar.
Desechos y microplásticos
Gran porcentaje de lo que desechamos termina en los océanos, contaminando y poniendo en peligro la diversidad marina, así como los medios de vida de las comunidades que dependen de la pesca. El plástico de un solo uso, como envases o pajillas, es de los desechos más comunes, el cual tiene una vida útil promedio de 12 a 15 minutos, pero puede tardar entre 400 y 1,000 años en degradarse. Lo poco que se va degradando se convierte en microplásticos, los cuales por su pequeño tamaño son fácilmente ingeridos, especialmente por peces y tiburones.
Los microplásticos se van acumulando en los tejidos de los animales, por lo que al ser ingeridos por nosotros los humanos, es muy probable que los estemos acumulando también en nuestros tejidos. Esto puede llegar a ser tóxico, ya que generalmente los plásticos contienen aditivos y sustancias químicas, que, a largo plazo, podrían llegar a ocasionar daños en nuestro organismo. Este problema cada vez va en aumento debido al acelerado crecimiento poblacional a nivel mundial, el consumismo y el mal manejo de los desechos, siendo todos nosotros parte del problema, pero también de la solución.
Sé parte del cambio
¿Te diste cuenta que nunca se utilizó la palabra “basura” en este texto? Al decir “basura” automáticamente pensamos en algo que debemos desechar porque ya no sirve. Normalicemos que no todo lo que generamos es “basura”. Si hablamos de desechos, es solamente algo que sobra, pero que, con buena imaginación, seguramente lo podremos volver a utilizar, si no tú, alguien más…
¿Te gustaría ser parte del cambio? En el siguiente blog Ambiente + COVID, te daremos algunos consejos, no te lo pierdas!
Autoras: MSc. Gabriela Alfaro, directora del Departamento de Biología, MBA. Gabriela Fuentes Braeuner, directora del Centro de Estudios Ambientales y de Biodiversidad, y la biólogo Priscila Juárez, catedrática de Diseño e Innovación para el Desarrollo. del Departamento de Ingeniería Mecánica de UVG.
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