Episodio de National Geographic describe más detalles de La Corona

Episodio de National Geographic describe más detalles de La Corona

El Proyecto Regional Arqueológico La Corona (PRALC) ha captado nuevamente la atención de investigadores y público en general. Esta vez, los doctores Tomás Barrientos, de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) y Marcelo Canuto, de Tulane University, colaboraron para un capítulo del especial de una serie de National Geographic. Ambos arqueólogos lideran el equipo que trabaja en este lugar.

El documental se llama “Los mayas: auge y caída de un imperio” y es una reedición de la serie francesa “Le mystère des mayas” del año 2022 y producida por Pernel Media. En él, comparten sobre el descubrimiento de una ciudad desconocida llamada Sitio Q, en la década de 1960. Actualmente, este sitio se denomina La Corona y es estudiado por el Centro de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas (CIAA-UVG) y la Universidad de Tulane.

Recreación del sitio arqueológico de La Corona. En ella se identifican cuerpos de agua que rodearon las edificaciones del sitio.

Hallazgo importante

Foto: National Geographic

Anteriormente, La Corona era un sitio del que no se contaba con mucha información. Luego de varios descubrimientos, esta ciudad llama la atención por su relación con otras importantes del período Clásico Maya. 

El Dr. Marcelo Canuto indica que en 2005 se encontró en La Corona un panel relacionado a los gobernantes de Calakmul, México. De esa forma, quedó claro que Calakmul, en México, y el sitio Q estaban relacionados por una misma dinastía gobernante. La información de los paneles de piedra dieron pistas sobre este vínculo con los gobernantes de la Dinastía Kaanul, según indica el Dr. Canuto. 

El origen del nombre La Corona es debido a cinco templos alineados que se ubican en una de las plazas principales de la ciudad, a manera de corona de rey.

Una ciudad fascinante

Foto: National Geographic

Para el Dr. Tomás Barrientos, el centro ceremonial de La Corona se formó a partir de decenas de edificios dispuestos alrededor de una amplia plaza central donde se llevaban a cabo ceremonias y reuniones. En el lado este, se alzaban dos templos de 15 metros de altura frente a un palacio donde vivían las familias reales. Fue construido en una zona fértil y con abundante agua.

Esto motivaba a ser un lugar muy animado y con mucha gente. De esa forma, muchas personas quizás iban a buscar una audiencia con el rey o a comprar y vender algunos objetos o herramientas. Según el Dr. Barrientos, La Corona no tenía una población tan grande como otras ciudades que tenían 20,000, 30,000 u 80,000 mil habitantes como Tikal, sino que era una ciudad pequeña con 8,000.

Descubrimientos

Con la tecnología LIDAR se encontró un edificio que, al desenterrarlo, se descubrió que era un pequeño templo. No tenía puertas, pero tenía columnas a ambos lados de la entrada y en el interior, en el eje central, mirando hacia arriba, un altar tallado.

“Era un altar hermoso y perfectamente conservado que hablaba de un período de tiempo que sabíamos que era importante y que nos aportó algo bastante fascinante”, Dr. Canuto.

Al equipo, que ha incluido varios estudiantes de la Licenciatura en Arqueología de la Universidad del Valle, le llevó casi dos años recuperar de forma segura el enorme bloque de piedra caliza para poder estudiarlo más a fondo. Mide casi 1.5 de largo por 1.2 metros de ancho y pesa casi una tonelada. Actualmente, está almacenado de forma segura en el Museo Nacional de Arqueología y Etnología, en la zona 13 de la ciudad de Guatemala.

Foto: National Geographic

Los jeroglíficos en este altar le dieron al Dr. Barrientos información importante sobre el vínculo de La Corona con la Dinastía Kaanul, una familia conocida como los Reyes Serpientes. En el frente se observa el retrato del rey Chak Tok Ich’aak, de La Corona. El rey sostiene un cetro con una serpiente de dos cabezas. Pero lo más importante es que el altar revela que la Dinastía Kaanul, de Calakmul, impuso su poder e influencia sobre La Corona, ganando un importante aliado en su búsqueda para superar a sus rivales en Tikal.

“Esto es algo que hemos visto en otras ciudades, pero lo que diferencia a La Corona es que fue una alianza de más de dos siglos. Es raro ver a dos ciudades mayas estableciendo una alianza que duró durante tanto tiempo”, Dr. Tomás Barrientos.

Inicio de la decadencia

Esta alianza también demuestra que La Corona se encontraba en un punto importante. El Dr. Barrientos indica que las ciudades más pequeñas no podían mantener su población por sí solas porque dependían de la interdependencia con otras ciudades. Este sistema se fragmentó hasta desintegrarse política y económicamente. Por ello, sus habitantes comenzaron a abandonar estos centros. 

A mediados del siglo IX, la ciudad era un caparazón en sí mismo y en los años 900 ya se encontraba abandonado. “El bosque volvió a crecer y finalmente se apoderó del sitio y eso es lo que tenemos hasta la fecha”, expresa el Dr. Barrientos.

En la actualidad, en las ciudades como Tikal, Calakmul y La Corona, existen cientos de edificios abandonados. El objetivo de la arqueología es recuperarlos del bosque y restaurarlos a su antigua gloria. Si te llama la atención la arqueología y los proyectos del Centro de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas (CIAA-UVG), haz clic en el enlace.

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Last modified: 31/10/2023

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