Día de la Mujer: Esmeralda Canahuí y su trabajo en la construcción del CIT

Día de la Mujer: Esmeralda Canahuí y su trabajo en la construcción del CIT

El año pasado, Esmeralda Canahuí Morales estaba en su último año de la carrera de Ingeniería Civil en UVG, cuando le asignaron su primer proyecto profesional. Se trató de nada menos que la primera fase de construcción del Centro de Innovación y Tecnología (CIT), una oportunidad que hoy, como egresada, afirma la hace sentir especial y honrada, por tratarse de su propia casa de estudios.

Hoy conmemorando el Día Internacional de la Mujer, resaltamos el trabajo dedicado y profesional de Esmeralda, que contribuye para que el CIT sea una realidad y se constituya como una plataforma insignia para la innovación y el emprendimiento en Guatemala.

Esmeralda labora para la empresa Prodecsa, dedicada a la geotecnia y conformada en su mayoría por egresados UVG que viven la excelencia y comparten los valores de la comunidad. Su trabajo en el CIT consistió en supervisar en equipo la excavación de los sótanos y la construcción de los cimientos y muros de contención, es decir, la base de la edificación.

“El proyecto de construcción del CIT durará 27 meses y nuestra participación de 4 meses es pequeña en tiempo, pero muy grande en magnitud, porque si no se hace correctamente, perjudica a los habitantes que estén ocupando el edificio”, explica la ingeniera.

Ciencia y dedicación

Esmeralda cuenta que desde su primer año en UVG empezó a escuchar que se hablaba acerca del proyecto e incluso llegó a pensar que ya no iba a estar en la universidad para verlo. Sin embargo, en los últimos meses de carrera logró poner en práctica lo que había aprendido en las aulas.

Al convivir con los trabajadores de la obra, también aplicó un concepto en el que creía firmemente: el respeto y la apreciación por el trabajo de todas las personas por igual.

“Conlleva muchas partes, cuando ya toca la ejecución, ésta ya no es física, ya no es ciencia, pero sí escorazón, es dedicarse y saber que a veces al salir tarde de mis clases, igual regresaba para verificar que todo se hiciera bien”, cuenta.

Todo el proceso requirió de mucho esfuerzo, pues entre un curso y otro también aprovechaba su tiempo libre para acudir a este mismo balcón donde la fotografiamos, para ver los avances y explicar a una que otra persona que apreciaba la vista, el trabajo que estaban realizando.

Más allá de los retos

Para la egresada, el campo de la ingeniería civil desafortunadamente aun es “tradicionalista” respecto a la igualdad de condiciones de trabajo entre hombres y mujeres; sin embargo, sus retos en el ámbito no han sido en cuanto al género, sino a la edad y a hacer notar las capacidades que posee a sus 22 años.

Esmeralda recuerda la experiencia de su hermana, quien se graduó de UVG a los 21 años y fue un ejemplo de cómo no debía dejarse intimidar. “Lo que en realidad vale y considero que en esto está progresando el país, es que lo que se está haciendo valer es la experiencia, el conocimiento y no el género”, agrega.

Como a su hermana, admira a su abuela y a su madre, también egresada de UVG, así como a su padre, con quien comparte la profesión. Fue él quien la inspiró a seguir el camino de la ingeniería civil. Más que aprender a ser una mujer fuerte, en su hogar lo vivió plenamente.

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Last modified: 28/01/2020